Bruno Marcos

30 de Octubre Osel, el niño español al que el mismo Dalai Lama reconoció como la reencarnación de otro lama, ha dejado la vida monástica. Sus padres parecen haber sido unos hippies a quienes todo esto les vino grande.
Los lamas le han quitado la financiación y ya no pagan sus aventuras educativas por occidente. Es normal que aquello que mitificamos como exótico desde aquí vivido allí sea tétrico; pero tengo la intuición de que, en algún momento, tendrá una crisis y este mundo occidental tan ajustado al hombre se le quedará corto, como a todos, entonces él contará con la oportunidad de saberse la reencarnación de un lama y tal vez, por su propio pie, vuelva a l monasterio.

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