Bruno Marcos

31 de Octubre En la barra de el Cafelito el dueño hace un repaso de personajes estrafalarios que pasaban por delante del establecimiento y que han muerto. Lo cuenta con un desparpajo que no estremece sino que mueve a risa: Ese cayó este verano como un pajarín, el otro, el gitano, empezó a inflarse como un globo y al poco para el otro barrio. Y a este otro lo vi yo ahí la semana antes de cascar y que lo aparcasen en un vertedero por ahí.

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