Bruno Marcos

27 de Agosto Se me había olvidado retratar a una anciana del mercado de ayer: De negro, delgada hasta lo lineal, echaba el cuerpo minúsculo hacia la izquierda y extendía el brazo derecho paralelamente al suelo para apuntalarlo con un largo bastón fúnebre. El pelo aplastado por arriba, blanco como la leche, dejaba caer un fleco en derredor de la cabecita que apuntaba hacia donde se dirigía con una afilada naricilla intrépida. Sobre ella unas gafillas de pasta transparente. Podría decirse que era una bruja de Hansel y Gretel si no fuera porque resultaba, dando esos pasitos cortos, entrañable.

No hay comentarios: