Bruno Marcos

26 de Agosto Por hacer algo diferente nos unimos a una comitiva que pretende explicar el pasado judío de la urbe. Los guías hablan tan bajo que nos es imposible entender nada. En la ciudad del gran Moisés de León, el gran cabalista, hablar de los judíos aún se hace entre susurros. Vamos con todos a bajar la calle Mulhacín y en la de Las Cercas el fragor del mercado nos arranca.
Sobre este mercado al aire libre de los miércoles y los sábados recuerdo que hice yo mi reportaje fotográfico en la carrera. Si lo visualizo en blanco y negro, como las fotografías, veo que tampoco ha cambiado tanto aunque hayan levantado todo el suelo, hecho un parking y coronado la plaza con un hotel de lujo. Me fijo en el contraste, frente a la arcada principal del hotel un hombre muy primario raja melones sin parar. Supongo que esto es lo que querían evitar los políticos de hace cinco o seis años: La vulgaridad frente a su obra de maquillaje.
Ya estoy en contra de todas las restauraciones del mundo. Pulen las piedas, enlosan los suelos y todo parece una reconstrucción en cartón piedra. La incuria es necesaria, el deterioro transmite la sensación del tiempo encastrado en las piedras.

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