14 de Febrero En una entrevista que Raúl Herrero hace a Fernando Arrabal, este último comenta que, estando en París, le preguntó a Buñuel si iban a visitar a Picasso porque decían que se aburría. El cineasta le respondió que no porque igual les enseñaba sus cuadros. En un primer momento uno se deja llevar por el chascarrillo, la humorada que hace percibir a Picasso como un pesado, una de esas conciencias plásticas que se vuelven losas; pero a mí me conmueve otro detalle, que Picasso se aburriera, que Picasso, con todo lo Picasso que era, fuera objeto de alguna compasión. A fin de cuentas, su vida, la de un bohemio más, no debía constar de otra cosa más que un ir y venir del estudio al café, de una amante a otra, entre las cuales, sólo distaban tres o cuatro calles de París.
Bruno Marcos
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