3 de Diciembre En medio de un barrio que ha crecido desde un solar hasta ser el centro comercial de la urbe, en una casa pequeñita, en un bajo con un ajado cartel de cartón, reside una compañía teatral compuesta por ella y él, una pareja, La Tremolina. Su atuendo, los lugares en los que los encontraba, pergeñaban en mí una fantasía de isla de bohemia muy doméstica.
Coincidí con ellos en el Ulipismo y en la Liebre libre. No sé casi nada de ellos, sólo que pasan los años y, al vivir al lado, a veces nos decimos adiós y a veces no, y que parece que siguen moviendo la bola de sus sueños, su teatrillo de calle o de salón, guiñapo o marioneta, quizá ya con algo más de rictus.
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