7 de Mayo De un tiempo a esta parte mi mirada se acorta. Desde hace más de un año mi angustiosa proyección infinita no recorre imaginando el mundo desolado después de mil años de nuestra muerte, ni siquiera repasa con la vista la biblioteca o la plaza pensando: “Todos muertos”. Es como si mi yo se acortase, se fuera achatando hasta encajar en mí mismo: “Esto me pasa hoy y mañana ya veremos...”
Y eso debe ser una fuerza para vivir vital, feliz..., como aquellos que perdiendo parte del cerebro consiguen una memoria prodigiosa... Quizá sea eso lo propio de nosotros, no darle demasiadas vueltas a las cosas, distraerse... quizá ya haya sido así yo a ratos...
No obstante la pregunta que me hago ahora es: “¿Hasta cuándo?”
No hay comentarios:
Publicar un comentario