21 de Marzo Nunca creí que mi sentido estético fuera a salvarme del dolor físico pero es así. Tanteando el suelo resbaladizo que esta colosal y primaveral nevada ha extendido, me apercibo de que las batallas campales con bolas de nieve en esta pequeña ciudad donde vivo los días de diario son de dimensiones exageradas, seguramente debido al altísimo índice de natalidad. El caso es que, ante el inminente impacto, me doy cuenta de que allí donde hay una chica guapa, o por lo menos atractiva, los bolazos de nieve son innumerables. Y así lo que hago es escanear la zona localizándolas para alejarme de ellas y, por lo tanto, de los objetivos. Lo que ocurre es que mi teoría se desbarata en tanto que la agresividad cunde en todas direcciones, no sé si debido a que no hay una teoría del gusto universal y, a duras penas, salgo indemne pero bastante salpicado.
Bruno Marcos
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