Bruno Marcos
30 de Diciembre La ciudad secreta. Bien pudiera ser este el título de un blog para el próximo año. Tal vez hasta me anime.
Parece al fin que todos los escritores de esta ciudad seamos una secta: los mismos libros, incluso las mismas caídas por el inmenso internet...Uno siempre pensando en que todo lo que escribe cae en saco roto y ya ves... el librero ogro se enteró del artículo de los escritores secretos y se enogreció, tanto que debió afirmar que yo era un seudónimo de algún otro que le odiase...
29 de Diciembre Convenzo a tres incautos para ir a cenar a Habibi porque ameniza las noches del sábado con danzas del vientre. Es algo que me fascina. Entiendo que en la antigüedad rodaran cabezas a capricho de bailarinas porque hay algo enormemente cautivador, seductor, erótico en ese repertorio de movimientos incrustados en un cuerpo que perece atravesar el tiempo para comunicarnos la sensualidad de lo vivo que tenemos.
La chica en este caso no es ni siquiera oriental sino de aquí. El pobre Habibi está arrinconando todo lo árabe para que se vea que es rico, que está a la altura nuestra y ya no tiene encanto.
En Marrakech a las bailarinas que danzaban en los Riads las veía llegar cubiertas hasta los ojos. Salían de la muchedumbre con prisa y se colaban en el palacio no sin dejar ver, por alguna ranura, las lentejuelas doradas o los velos que llevaban ya debajo. En el Riad se apagaba el estruendo del zoco y entre los apuntes naturales sonaba la música de un tambor y un laúd muy suaves que don músicos muy delgados hacían sonar en la penumbra.
28 de Diciembre Sigo enredado, no sé cómo, en un proyecto tras otro. Salen de la nada. Cuando uno tiene la certeza absoluta de que nadie se acuerda de uno van y le llaman, le rescatan del fracaso, para mantenerse a flote unas semanas sobre las aguas no ya de su vocación sino de lo que acaba por ser más bien una manía.
Son los trabajos y los días. A veces es mucho trabajo y uno piensa para qué, si lo que buscas no es dinero, si ya tienes la certidumbre absoluta de que te jubilarás en las aulas y que ningún triunfo te salvará de ellas, y lo que es más cierto, que seguramente otro estado será bastante más duro que dar clase.
Y así voy hacia otro año. Casi todo esos trabajos me los habré inventado yo. Son ya un algo inevitable que llena el tiempo, el espacio de mi vacío.
26 de Diciembre ¡Qué extraño es el mundo de los talleres mecánicos! Siempre entro en ellos como un intruso. No sé si debería pedir disculpas o exigir altivamente. Son como la fragua de vulcano. Hombres tan rudos, tan empecinados en una mugre de caucho y metal, me intimidan. Ante los inmensos misterios de los motores, las ruedas o las correas de distribución sólo puedo limitarme a pagar y a marcharme.
25 de Diciembre La comida del día de Navidad. Mi hermano se pone el traje de Gómez de la Serna y, ya en al mesa, lanza un bomba: "Os aconsejo que en la educación de vuestro hijo Darío utilicéis la técnica de reñirle o castigarle sin motivo, para que aprenda a defenderse en la vida."
Hay que reconocerle que es un Sócrates porque, con tal provocación, no se quedó callado ni el espíritu de su gato fenecido no ha mucho.
Era casi imposible contestarle sin que se cruzasen por medio amonestaciones y chanzas burlescas hacia él emisor de tal mensaje. Cuando pude grité que eso era lo más inmoral que había oído en los últimos tiempos, y, para hacer hincapié, añadí que creía que era lo más inmoral que había oído desde lo de la guerra de Irak, que ocasiones le sobrarán para comprobar que la injusticia existe hasta el absurdo sin necesidad de fabricarle una artificial, que lo que peor aguanta el ser humano, incluso peor que el dolor físico, es la injusticia. Tal vez sí sea bueno que aprenda a sobrellevarla pero no a aceptarla.
24 de Diciembre Hoy es Nochebuena y una soterrada euforia va aflorando. Veo, con ese recelo estoico tan propio de mi madre, los conatos de excesiva e injustificada felicidad. Pienso en otros años, en que ha habido unos mejores que otros, algo que yo me negaba a aceptar, todos habían de ser iguales.
Este año el niño ya abre sus propios regalos. Entre la algarada le cojo y le pongo en pie sobre una mesa para que vea todo el festín de despapelamiento y él, de forma intermitente, se vuelve serio hacia mí y me enfoca con su mirada azul. Es como si necesitase constatar que era yo el que estaba ahí con él y que yo encontraba normal a esa jauría destripando regalos.
Cada Nochebuena uno la vive con menos pasión, con más ganas de irse a su casa y a su cama y a sus cosas de siempre, sin darle importancia ni a alimentos, ni a regalos, ni a buenos deseos. Pero al tiempo que se pierde intensidad se gana en estabilidad.
22 de Diciembre Me decía que ya no me afectaba estar separado del niño y, ahora, el pensar en la inconsciente alegría que me causa saber que no me voy hasta dentro de 17 días me confirma que no lo soporto. Aunque pueda sobrevivir a ello me destroza saber que está en casa cuando yo no estoy, iluminando cada instante del día y de la noche, y que me quiere, que se alegra al verme y se acurruca entre mis piernas al entrar en un sitio que le resulta extraño.
21 de Diciembre Recorro estas carreteras de todas las semanas para pasar las navidades en casa. En ninguna emisora encuentro nada que escuchar y prefiero oír el ruido del motor y el viento sobre el parabrisas.
Hace ya más de un año de todo y me sigue extrañando que todo pase, como si en algún momento todo no hubiera pasado. El cuentakilómetros no miente, es un reloj de mi vida. Seguramente ese entonces en el que todo no pasaba era la infancia, sin pasado ni futuro; pero, ¿acaso no vivimos sólo en el presente muchísimo más de lo que creemos? Únicamente estos ratos de introspección, o una ráfaga de nostalgia, de experiencia mal digerida.
16 de Diciembre Un alumno ha conseguido unos resultados asombrosos. Les planteé copiar una cabeza clásica en arcilla, a la misma escala, y no sólo ha logrado darle proporción y movimiento sino alma. Ese trozo informe que trajeron en un bloque inspira la sensación de estar sintiendo algo, esa extraña melancolía de las esculturas griegas, como presas en sí mismas.
A partir de un momento dado decidí no tocarla, solamente suministrarle indicaciones verbales. Pero, luego, he tenido que intervenir en las esculturas de los otros y me ha sorprendido la facilidad con que se arreglaba lo deforme y me he quedado confuso con respecto a mis ideas sobre la belleza. ¿Está en la mano de cualquiera? Al menos de algunos, en realidad de muchos más de lo que uno piensa... Si no es decididamente algo inaccesible: ¿qué tengo que pensar ahora?
15 de Diciembre ¡Cómo se aplasta el tiempo sobre sí mismo! Al releer el diario del año pasado ya en el libro suena a otro que ya no soy yo. Las cosas que me pasaban, preocupaban o divertían… En qué poco tiempo se hace ajena a uno mismo su propia vida. ¿Era yo aquel? ¿En qué sentido puede uno afirmarse ante algo que ya no es él, algo que ya no sería capaz de escribir por falta de pasión o energía?
Estamos abocados a una caducidad informe, a una mutabilidad en la que se derrumba tanto que nos parecía crucial.
En el momento en que te lees como a otro es cuando puedes ver cosas que antes no veías, una mirada de verdad externa, cosas incluso positivas, pero como de otro… ¿puedes apropiarte de ellas?¿no son de otro, del que eras?
14 de Diciembre Me dicen que Stelarc se ha colocado finalmente la tercera oreja en un antebrazo. Hará dos años desde que le oímos explicar el proyecto y desde que, luego, en el bufete, nos pidiera disculpas por golpearnos con el codo del brazo que, hoy, alojará la nueva oreja. Entonces, en fotografía del laboratorio donde la cultivaban, tenía un aspecto calamitoso, podrida, informe. Espero que ahora tenga mejor pinta.
13 de Diciembre En esta soledad endurecida por el frío se esculpen los edificios frente a esta ventanita bajo la cual he colocado, ahora, el ordenador. Los bloques se extienden hacia el horizonte de lo que podría ser una ciudad cualquiera en cualquier lugar del mundo.
Hace falta imaginación –la imaginación del hombre- para considerar este mundo apasionante. Gran parte de la infelicidad viene a quien pretende vivir con pasión.
Adelantándose a la navidad tres hiladas de luces de colores intermitentes enmarcan sendas ventanas a lo lejos. Son un apunte indeciso y extraviado, un signo en la noche incapaz de remitir a lo que indica: ilusión, calor, amor… sin embargo laten contra el vacío sideral, sin más construcción delante, palpitan frente a una niebla embrujada que viene del polo norte.
12 de Diciembre Lutero aspira a la santidad. Después de tantos secretos que le he guardado va y me oculta este, un proyecto, que podría ser el más alto que ha acometido, hasta que es casi una realidad. Lo intento defender en las páginas de los futuristas utópicos y un ser, no sé si cándido o sarcástico, me defiende como el mejor candidato a dirigirlo. Es muy gracioso. Alega que yo soy el más indicado para el puesto por ser tan buen artista, poeta y persona. No puedo menos que sentirme halagado aunque sea de burla. Desde mi pequeñez que se acuerden de mí aunque sea para una quiniela de la mofa es mucho. Contesto que yo no puedo dirigir nada porque estoy soldado a este sitio, que soy funcionario de carrera.
11 de Diciembre Me manda un mensaje el editor comunicándome que ya está el libro del blog del año pasado, Nevermore. No podré verlo hasta el viernes. Otra vez me pongo alegre.
Hay algo impresionante que ocurre con las ediciones y es ver la multitud de libros iguales, apilados en cajas de cartón o en paquetes... Imaginarme no sólo el libro cosido y encuadernado sino los cientos de volúmenes idénticos. En otras ocasiones, al entrar en alguna bodega editorial, he sentido una mezcla extraña de sentimiento de poder y de violación, de poseer un ejército infinito de mis palabras prestas a extenderse por la faz de la tierra y un gole de viento que sacude mis secretos al aire, desnudos.
Sale ahora, cuando faltan 20 días para que acabe este otro diario tan secreto, comparado con el otro, este que casi nadie transita quizá por mi propio deseo. Con el otro se creó un revuelo en la ciudad. Nadie tenía un blog entonces y muchísima más gente de la que yo esperaba me asaltaba para hablarme de él, para decirme que se había enganchado al menos un tiempo, que era apasionante y morboso ver mi intimidad y a los personajes, que muchas veces eran ellos mismos. Creo, con poca modestia, que supuso una pequeña conquista para la libertad en nuestra ciudad aunque todo estuviera en tono de parodia y en género caricaturesco. También nos hizo sentirnos personajes literarios de la novela que era nuestra propia vida.
Yo me quedé con lo íntimo sentimental que fue lo que quise desarrollar en este, apuntes obligados de los 365 días del 2007. Realmente el título de este no le corresponde, Del payaso y el esqueleto era el personaje de Nevermore, no en vano la serie de dibujos que incorpora el libro es la de Suite del payaso y el esqueleto.
10 de Diciembre De pronto un día das una clase magistral. Hablas sin parar pero con sentido, con palabras ajustadas y certeras, con ejemplos que les conmueven, sin pararte a pensar que ya no crees en la mayoría de las cosas que defiendes como altas, como dignas de ser transmitidas, y luego te pones a dibujar un ejemplo y ves el dibujo hermoso, suelto, proporcionado y expresivo y llegas a pensar que saber dibujar es algo importante…
El caso es que, seguramente, esa prestancia docente se deba a algo externo, a que algo fuera de ese aula te ha revitalizado.
9 de Diciembre Qué extraña mi sensación de misantropía estos días. Sólo se realizaba en mi soledad… Iba dándole vueltas por la calle, en el coche, solo en casa… y luego bastaba con cruzarme con alguien por un pasillo para verme cederle el paso, sonreír al dar los buenos días, dejar colarse a alguien en la cola del supermercado, desvivirme con las dudas de un alumno… Tal vez el cretino sea yo.
8 de Diciembre He pasado unos cuantos días en los que me he sentido cansado de las palabras. Ha sido la primera vez que creo recordar. Nunca me había pasado. Sí, a veces, muchas veces he dejado libros, géneros enteros incluso, pero nunca había sentido este hartazgo de las palabras como sí lo he sentido, muy a menud,o de las imágenes. Sin embargo aquí estoy, otra vez en el diario.
7 de Diciembre Salimos de la única exposición que hemos visto en esta pequeña ciudad del exilio que se parece al arte contemporáneo al que estamos acostumbrados. Lejos de disgustarme verla aquí me agrada. Me doy cuenta de que aunque estoy en marcha atrás soy mucho más (post)moderno de lo que creo, que aunque recule todavía estoy a años luz por delante de casi todos, no en vano he sido lo que he sido.
Al salir reflexiono sobre lo crudo. Le digo a ella que esas obras están bien pero son decorativas. La única que trasciende es la que toca lo crudo, lo que aún no está cocinado para ser digerido. Creo que en eso está mi actividad artística, en esa dimensión de lo crudo.
6 de Diciembre Viene Gustavo de visita. Le digo que hace ya tanto de lo de Salamanca que parece que hubiera sido sólo un instante, una cosa cada vez más infantil… ¿Qué son cinco años en la vida de un hombre…? Una eternidad en el momento, una nada después. Cuando se tienen 37 años lo que uno hizo con 21 o 22 empieza a perder nitidez, sentido, a ser como de un otro que está sepultado en uno mismo… Sin embargo no lo acabas de superar, sólo parece que cayera en desgracia, en un saco olvidado… Con la edad uno empieza a conjugar los deseos de perduración con los de olvidar, con los de desentenderse de todo, darlo por vencido, tirado al estercolero del tiempo… Seguramente me dirán que todo está ahí construyéndote… Pero cómo será la ancianidad profunda, acaso un darte todo igual a ratos y, a ratos, recordar, con ilusión, con cansancio, sin fe, con vergüenza por la ingenuidad de la pasión por haber vivido así, como si todo fuera para siempre, con la mirada acortada, sin más perspectiva que la del fin.
5 de Diciembre Estoy leyendo un libro de Camus que es casi un diario, se titula Carnets. Son anotaciones, a veces un paisaje, las notas esquemáticas para escribir El extraño, o el Calígula...
Todo Camus me sobrecoge de tal manera que me imposibilita para leerlo de continuo. Debe madurar en mí cada trozo de su obra que voy cogiendo. Contaba 21 0 22 años cuando escribía semejantes cosas, el Calígula creo que fue concluido a sus 27 años.
Se queja a veces en Carnets, de los demás, de todo lo que esperaba de la amistad y con lo que se debe contentar. Es sobre todo la intensidad, creo que se trata de la intensidad intelectual con la que él quería afrontar la vida y que es difícil compartir, encontrar siquiera algún interlocutor... y pienso si no será toda la labor mental, al fin, un impulso ingenuo, un enamoramiento...
3 de Diciembre En medio de un barrio que ha crecido desde un solar hasta ser el centro comercial de la urbe, en una casa pequeñita, en un bajo con un ajado cartel de cartón, reside una compañía teatral compuesta por ella y él, una pareja, La Tremolina. Su atuendo, los lugares en los que los encontraba, pergeñaban en mí una fantasía de isla de bohemia muy doméstica.
Coincidí con ellos en el Ulipismo y en la Liebre libre. No sé casi nada de ellos, sólo que pasan los años y, al vivir al lado, a veces nos decimos adiós y a veces no, y que parece que siguen moviendo la bola de sus sueños, su teatrillo de calle o de salón, guiñapo o marioneta, quizá ya con algo más de rictus.
2 de Diciembre ¿Por qué me alegran tanto estas cosas? Es natural me digo luego. Verte en un libro, en la prensa... Es normal que haga ilusión, pero entonces por qué me parece que no debería hacérmela... Íntimamente debo percibir que es una dependencia de algo falso, de un espejismo, de algo que no tiene que ver con mi labor, con ese tejido en el que voy leyendo el mundo y que tejo sólo en soledad...
En una ocasión mi hermano me dijo que mi vida no podía depender de esas cosas. Es cierto. Es absurdo hipotecar tu vida a tu visibilidad. Pero ni una cosa ni la otra, ¿no?
Lo extraño es que con la poesía o con el arte se hagan fiestas pues, como ya han dicho los grandes, ese esplendor se hace con las ruinas.
Larsen me envía fotografías de banderolas que penden de las farolas de la ciudad en las que sale el libro de los poetas... ¡qué raro! Tanto como salía últimamente el viento en mis poemas y ahora mi nombre al viento... ¡Qué intemperie!
1 de Diciembre "Tengo en mis manos la antología de las nuevas voces, veo que tu semblanza en la introducción es la más copiosa(...), posas para el retrato igual que nuestro amigo A. T. (qué fue del libro de los escritores secretos) con la mano sujetando el rostro y la sonrisa del cínico.
Los poemas ya los había leído en el libro de las enumeraciones y los del ser para la nada (sic)(Sartre???) me los habías dejado en unos folios, no conocía el de la revista pararelo dedicado a tu hijo... Volveré a releerlos. Con esta publicación ya pasas a ser, de una vez por todas, un escritor secreto siempre mejor que discreto.
Espero tu dedicatoria...tu fiel lector.
Larsen. "
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