Bruno Marcos

12 de Noviembre Antes de que amaneciera apareció en la mancha de luz de los faros del coche, a unos seis metros de altura, un águila. Vi como plegaba las alas dos veces. Parecía ralentizada. Fue de una gran teatralidad. El pájaro debía tener una envergadura colosal, al menos un metro cada ala, tal vez no era un águila. Parecía de cartón, pardo, ocre, terrorífico y majestuoso. Como yo iba tan rápido debí pensar que me estrellaría contra él porque me salió más que una exclamación una maldición.

No hay comentarios: