Bruno Marcos

18 de Septiembre El último cuadro de Frida Kahlo es un bodegón de sandías abiertas. En él aparece la leyenda: Viva la vida.
Extraña porque estaba invadida del dolor desde hacía años, porque su cuerpo estaba taladrado, roto, torturado..., porque nadie supone un vitalismo en quien se muere. Extraña la redundancia semántica, la vida está viva, pero puestos a vitorear qué sino la vida misma.

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