29 de Junio Creo haberte comentado yo que El cielo protector ha sido durante mucho tiempo mi novela favorita. En todo caso, creo que deberías leerla, al menos la primera parte, a propósito de haber descubierto o redescubierto el significado de su título, como comentas en tu diario. Esa idea de que la bóveda del cielo nos protege de un más allá arrasador la tenían también los antiguos mesopotamios, que creían que llovía cuando se abrían grietas en esa cúpula y dejaban salir al océano por ella retenido y que todo lo anegaba y lo disolvía. Es el valor del cielo que tú encuentras entre las tejas algo amenazantes. Pero en esa novela parece que el abismo no sólo está más allá de la bóveda del cielo, sino en el corazón de los protagonistas: es la novela más descarnada y me parece que realista que he leído sobre las pretendidas relaciones de amor entre un hombre y una mujer o entre los hombres en general.
Sí, sí que la he leído y he meditado bastante sobre ella, incluso empecé un articulillo que tal vez ahora retome sobre los viajes y el existencialismo, el caso es que yo sentía mucha repulsión por los personajes de esa novela pero retrata bien lo que era una mirada extraña al mundo. No creo que sea tan buena como tú dices, no me gusta de una manera total porque no tiene la proporción justa de vitalismo para ser real, pero en el fragmento que plasma, abre temas muy profundos, incluso la desconcertante parte del vagar de la chica como esclava del árabe tiene una carga angustiosa.
Yo la segunda parte de la novela no la entiendo o no entiendo bien su relación con la primera o no me parece que esté bien unida una parte con otra, o me parece innecesaria esa parte. Quizá el autor se permitió una liberación de sus fantasías homosexuales después del esfuerzo ascético de la primera parte, pero para mí pierde interés literario porque no veo la trama adecuada.
Sí, si que choca esa huida de la mujer con el árabe que la esclaviza pero luego a mí me parece necesaria, sí que como fantasía pero precisamente para negar ese mundo occidental del que huyen. Si no me equivoco hay una repulsión de ellos hacia sí mismos y por eso se deja hacer lo que sea por el camellero. Además me impresionaron mucho dos pasajes y todos ellos son de extravío, uno al principio cuando él empieza a pasear y se sale a las afueras y todo es extraño y sin anécdota literaria, también cuando ella se extravía al ir al baño del tren y recala en tercera clase y todo es espantoso hasta que se da de bruces con un hombre sin nariz. Creo que plantea huidas geográficas, económicas, sexuales... lo que debió ser la propia vida del autor, ahí arrinconado en Tánger, viviendo, puerta con puerta, con su exmujer que vivía con otra mujer y rodeado de fármaco y drogas.
También me impresionó la descripción de la enfermedad de él, cuando ya está inconsciente define al hombre ya no como hombre sino como una cloaca química, y es cierto cuando estamos enfermos empezamos a dejar de ser nosotros para ser sólo un organismo, una química, es trágico pero a la vez libera un poco del miedo a la muerte porque la persona ya no está ahí...
Sí, me parece también que todo son huidas. También me fijé en ese extravío del principio, pero me acuerdo que también me impresionó la relación en la tienda de campaña mugrienta a la que acaba llegando a las afueras, con una chica jovencita que le va a robar, es todo opresivo. Son huidas, pero metafísicas, como si sólo cupiese huir del horror de uno mismo y de los demás y que lo más espantoso estuviese en el corazón de lo que se pretende más sublime, el amor entre un hombre y una mujer.