Bruno Marcos

29 de Marzo Bajo un cielo de nubes altas, casi aquí, enciendo la radio y el agudo chillido de Ana Torroja me rasga de lado a lado. Dice que, por un momento, quiso ser aire. Lo repite dejando la palabra aire ascender por encima de la música y sosteniéndola colgada de su grito. Con ello me viene a la mente con nitidez un poema mío:
“suena
el orden musical
se sucede
a través de mí
hasta nunca
hombre que piensa que piensa
devolver el orden al mundo:
desaparecer
atravesarse de viento
ser viento al viento”
¿Será posible que esté asistiendo a la experiencia real que prefiguré en el poema? En el último compás un golpe de lluvia solitario sacude el parabrisas. Me conmueve hasta el último átomo ese sencillo estribillo: “Ser aire, sin forma definida”. Y un impulso ciego me hace acelerar hacia la nada, como si fuera invisible a los radares, como si nunca hubiera existido.

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