Bruno Marcos

22 de Febrero Es el tiempo de las reuniones. A las, cada vez más radicalizadas, de nuestro departamento hay que añadir todo tipo de situaciones con gente que habla por turnos. Incluso encontré en mi casillero una invitación para asistir a la reunión de otro departamento.
Se avecinan también la de la redacción de los futuristas utópicos y la espectral de la revista del territorio fantasma.
Ninguna será tan emotiva como la que tuvimos la familia. A la catarsis colectiva que trajo un placer momentáneo se le sumó más tarde un sentimiento de hondo desgarro. Llevo algún tiempo mostrándome demasiado duro de entrada para luego arrepentirme, no de lo dicho sino de la pura dureza en sí. Seguramente, en todas esas reuniones, me he mostrado así arrastrado por un sentimiento de sinceridad universal que nada tenía que ver con el narcisismo.

No hay comentarios: